Cuando alguien nos pregunta por una capital europea, seguro que el primer nombre que nos sale a la mayoría es: ¡PARIS! y fue París la primera ciudad que visitamos mi marido y yo, en el año 2.000. 17 años después, algo nos impulsó a visitarla de nuevo.
Cualquiera que vea esta imagen, reconocerá inmediatamente el Arco de Triunfo y sabrá que estamos en la Ciudad del Amor, o de la Luz para otros.
Para esta visita contamos con la inestimable colaboración de nuestros pequeños "guías" Francois y Amélie
Lo primero que hicimos, fue pasear por los Campos Elíseos y admirar sus afamadas tiendas y boutiques, como la Casa Guerlain, en el Nº 68; todo un museo del mítico perfume.
Y muy cerca de esta, en el Nº 44, encontramos Disney Store Paris; una tienda con prácticamente los mismos artículos que cualquier otra de la misma cadena en España, salvo...
¡Un tierno peluche de Mickey Mouse en su versión parisina! Es decir, ataviado como un pintor de Montmartre con su boina roja a medio lado y su camiseta a rayas azules; además de su pincel y su paleta, que decidió convertirse en la mascota "oficial" de nuestro viaje.
Con el permiso de nuestro amigo Francois; por supuesto
Ambos nos mostraron el imponente Hotel des Invalides; concebido por el Rey Luis XIV como una residencia para los militares mutilados sin recursos. En él se halla la tumba de Napoleón Bonaparte.
En frente se encuentra el que para mí es el puente más bonito de Paris; el de Alexandre III, con sus majestuosas estatuas custodiando ambos lados del mismo, como esta Ninfa del Sena.
Para rematar nuestro primer día en París, no podía faltar su símbolo por excelencia; la Torre Eiffel, diseñada por Gustave Eiffel para le Exposición Universal de 1898 y que fue considerada un engendro de hierro en su época que estuvo a punto de ser desmontada tras finalizar la muestra. Con sus impresionantes 324 metros de altura, hace que desde su último tramo, se vean a las personas como hormigas; ¡imaginaos como se vería a Francois y Amélie!
Y, por supuesto, tampoco Mickey quiso perderse la ocasión de quedar inmortalizado frente a ella
Por si esto fuera poco, Francois aún nos tenía reservada una sorpresa más para acabar el día: Habíamos llegado a París el 14 de Julio; el día de la Fiesta Nacional y esa noche pudimos contemplar un impresionante espectáculo de luces, sonido y sobre todo, fuegos artificiales desde la emblemática torre.
Tras un inolvidable y largo primer día plagado de emociones, tocó volver al hotel y retomar fuerzas para el día siguiente.
Y nada mejor para comenzar un nuevo día en París como este suculento y "parisien" desayuno compuesto de unos café créme y croissants. Sin duda es una ciudad de donde los golosos nunca se querrían marchar.
Ese día fuimos al Palacio de Versalles, en las afueras de París y en el que, por ser sábado, se podía visitar acompañado de personajes vestidos de época Luis XIV: con música y baile, que nos devolvió a los tiempos en que este Palacio era el centro del mundo.
Tras lo cual... ¡Otro bonito espectáculo de fuegos artificiales en sus imponentes jardines!
Dos nuevos cafés y dos nuevos croissants dieron comienzo a un nuevo día y una nueva visita; esta vez, tras montar en metro hasta la estación de Abbesses
Llegamos al barrio más bohemio de París: Montmartre
Allí y tras subir un pequeño, pero empinado, tramo en funicular, se pueden divisar; hacia arriba la Basílica del Sacre-Coeur
Y a nuestros pies, la Ciudad de París
Caminando por sus adoquinadas y serpenteantes calles, llegamos a la Place du Tertre; lugar donde se reúnen muchos pintores dispuestos a vendernos sus obras o hacernos un retrato, una caricatura, etc.
Y a su alrededor, estupendos restaurantes donde reponer fuerzas
Ni que decir tiene que Mickey se encontraba allí como en casa
En ese barrio también se encuentran dos famosos lugares, sobre vestigios de antiguos molinos: El famosísimo cabaret Moulin Rouge
Y el elegante restaurante Moulin de la Galette
Y entre ellos dos, de ahí su nombre, un típico café-brasseríe que se hizo mundialmente famoso a raíz del éxito de la película de 2005, Amélie; el Café des Deux Moulins.
Quizás ahora entendamos el nombre de nuestra pizpireta clack (El femenino de click en argot clickero)
Quien haya visto, al menos el inicio de esta icónica película, entenderá el sentido de nuestros dos amigos frente a un regato de la Calle Saint Vincent.
En su interior, además de saborear un delicioso crêpe; tan rico estaba que no dio tiempo ni a fotografiarlo, pudimos ver a fans de Audrey Tautou emulando a la encantadora camarera que interpretaba.
Lástima que después recordáramos que deberíamos habernos pedido una Créme Brulée para disfrutar rompiendo el caramelo quemado como la protagonista. En fin, otro motivo para volver.
Y siguiendo indicaciones de nuestros peculiares "guías", no pudimos marcharnos del lugar sin visitar el Toillette, con cantidad de recuerdos de la película.
Continuamos nuestro paseo visitando las Galerías Lafayette, donde los artículos que se vendían y sus precios eran tan impresionantes como su cúpula acristalada y sus palcos.
Puedo aseguraros que fue una visita de lo más breve
Tras ello pudimos admirar, el Palacio de la Ópera Garnier
La Place Vendôme
Haciendo otra paradita para disfrutar de uno de los dulces más típicos de Paris: Los macarons, esta vez en la Patiseríe Sebastien Gaudard
O contemplando el escaparate de otra famosa pastelería: LaDurée, que tenía un apartado dedicado a Barbie, con macarons en rosa; por supuesto.
El Arco de Triunfo de Carrusel, frente al Museo de Louvre
Sin olvidarnos de la Catedral de Nôtre Dame
Sin duda, otro día agotador tras el que nos fuimos a dormir pensando en lo que nos depararía mañana...
¡DISNEYLAND PARÍS!
Este año se celebra el 25 aniversario de la inauguración del parque y ese ha sido el motivo que nos llevó a querer visitarlo. A pesar de haber estado ya anteriormente, y a pesar de ser 17 años mayores, una vez que se ve esta imagen, aparece la magia y sale el/la niñ@ que tod@s llevamos dentro, por mucho que lo escondamos.
Tras pasar Main Street, lo primero que aparece ante nosotros es el precioso castillo de la Bella Durmiente, Aurora en Fantasyland.
Era un día tan mágico que incluso las nubes parecían formar parte del decorado
Si se tiene tiempo de recorrer su interior, podemos apreciar que todo está decorado con motivos del famoso cuento narrado en la clásica película Disney; sus vidrieras...
...páginas del libro e incluso una fuente interior con figuras de los príncipes
Y si bajamos a sus mazmorras, encontraremos a este amenazador dragón
Como un aniversario tan especial se merece, pudimos disfrutar de los espectáculos: Mickey presenta ¡Feliz Aniversario Disneyland París! y el Baile de Princesas.
De todas las atracciones que tiene el parque, para mi la más especial, como ya mencioné en una entrada anterior sobre mi muñeca: Disney Animator's china, es It's a Small World, donde una barca recorre un canal donde pueden contemplarse más de 300 muñecos ataviados con los trajes de muchos países del mundo, cantando y bailando a coro la pegadiza melodía que le da nombre.
Después de tantas emociones, llegó la hora del almuerzo en este auténtico saloon del Far West, llamado The Lucky Nugget, donde, además de un pianista que toca en directo, se puede disfrutar de un número de títeres con los personajes de Toy Story 2: Woody, Jessie, su caballo Bullseye y Oloroso Pete.
Nos cruzamos con Alicia y el Sombrero Loco, pero parece ser que tenían mucha prisa ¿A donde llegarían tarde?
El barco pirata junto a la Isla Calavera en Adventureland
La cabalgata Disney Stars On Parade, con todos sus personajes.
El Tren de la Mina y el Vapor del Mississippi en Frontierland
A pesar de ser un día tan intenso, apenas tuvimos tiempo de darnos un paseo por Walt Disney Studios, donde encontramos una versión a tamaño natural de Rayo McQueen.
Y para finalizar el día, algo que no es posible apreciar con fotos o vídeos si no se vive allí. El increíble espectáculo final Disney Illuminations 25 Aniversario. Todo un número de luces, sonido y fuegos artificiales con proyecciones sobre el castillo de fragmentos de la historia de la fantasía Disney
Y como todo sueño, llegó a su fin. Mickey Mouse nos despidió a todos desde su balcón y tocó retirarse a dormir para volver al día siguiente a casa.
Ya en España, cambiamos los croissants por churros, pero no parece que a Mickey le disgustara la idea.
Y todo volvió a la normalidad aunque, como diría Humphrey Bogart; siempre nos quedará París.
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De: Mis Muñecas - http://coleccionesnancy.blogspot.com/2017/09/paris-un-click-o-dos.html
Fecha: September 23, 2017 at 12:39PM
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